Entrenamiento infantil

Interacción natural: Los niños suelen tener una afinidad natural con los animales, y los caballos son particularmente sensibles e intuitivos. Interactuar con caballos es menos amenazante que conversar con adultos, lo que hace que los niños se sientan más cómodos. Participan en diversas actividades, como guiar un caballo, jugar, cepillarlo y alimentarlo, según el propósito de la sesión. Conciencia emocional: Durante las sesiones, los niños pueden aprender a reconocer y expresar sus propias emociones. Pueden aprender a gestionar el miedo, la frustración, la ira y otras emociones.

Comunicación no verbal: Los caballos responden con fuerza a señales no verbales, como el lenguaje corporal y la energía. Los niños aprenden cómo su propia comunicación no verbal influye en la reacción del caballo, lo que fomenta la consciencia y la autoconciencia. Autoconfianza y asertividad: Construir una relación con un caballo requiere autoconfianza y asertividad. Los niños aprenden a tener más confianza y a establecer límites claros y respetuosos.

Colaboración y trabajo en equipo: Los niños suelen aprender a trabajar eficazmente tanto con el caballo como con el entrenador. Esto puede ayudarles a desarrollar habilidades sociales. Resolución de problemas: Durante las sesiones, los niños suelen enfrentarse a retos y obstáculos. Se les anima a encontrar maneras creativas de resolverlos, lo que les ayuda a desarrollar sus habilidades de resolución de problemas. En resumen, una experiencia de aprendizaje única: El coaching equino ofrece un enfoque alternativo y experiencial para el aprendizaje y la terapia, que puede satisfacer las necesidades de los niños que no responden bien a los métodos tradicionales.